miércoles, 8 de agosto de 2007

1. CREDO Y ENUNCIADO DE MISIÓN PERSONAL

1. CREDO Y ENUNCIADO DE MISIÓN PERSONAL.

SIGNIFICADO DE UN “CREDO Y ENUNCIADO DE MISIÓN PERSONAL

Un “Credo y Enunciado de Misión Personal” es una expresión clara de los propósitos y valores que has escogido para dirigir tu vida y tus acciones diarias. En él proclamas los valores que has definido como de importancia suprema; lo que anhelas ser y hacer en tu vida; y la manera como quieres contribuir a la felicidad de los otros, especialmente de los que más amas.

El Credo y Enunciado de Misión Personal expresa una idea esencial de lo que uno es, de lo que persigue y de lo que valora. Se centra en lo que uno quiere ser (carácter) y hacer (aportaciones y logros), y en los valores y principios que elegimos para gobernar nuestra vida.

El Credo y Enunciado de Misión Personal contiene lo que sentimos que es importante y esencial; el modo como creemos que debemos dirigir nuestras vidas y contribuir a la felicidad y realización de nuestra propia vida, la vida de nuestra familia y de nuestros amigos.

El Credo y Enunciado de Misión se enfoca en nuestras posibilidades, en nuestro potencial, no en nuestras limitaciones y debilidades. En ese sentido, el Credo y Enunciado de Misión es un ideal, pero es un ideal por el cual vale la pena trabajar y luchar.

El lograr construir un Enunciado de Misión tiene un profundo impacto en la vida de cada persona, pues la conecta con la energía profunda que proviene de un sentido de propósito y del significado de la vida bien definido y totalmente integrado. Nos genera un sentimiento de entusiasmo y aventura, que crece al conectarnos con nuestro propósito singular y se refuerza por la profunda satisfacción que deriva de su cumplimiento.

Una vez depurado, el Enunciado de Misión se memoriza, se medita sobre él, se visualiza su cumplimiento, se graba en nuestra mente y en nuestro corazón, de manera que influya en cada momento de nuestra vida. Evocarlo cotidianamente contribuirá poderosamente a otorgarle significado, propósito, coherencia y autenticidad a nuestras acciones diarias.

El Credo y Enunciado de Misión puede llegar a ser una brújula que dirige tu vida; repásalo diariamente, para tener firmemente presentes durante el día los valores que en él se enuncian. Entonces, cuando aparezcan los problemas, los desafíos, tomaremos decisiones basándonos en los valores y principios que incluimos en nuestro Credo y Enunciado de Misión. Podremos actuar con integridad. No nos guiaremos por emociones momentáneas. Nos veremos impulsados por valores, que ya están definidos.

CARACTERÍSTICAS DE UN CREDO Y ENUNCIADO DE MISION

Un Enunciado de Misión:

· Se escribe para inspirarte y para guiar tu vida, no para impresionar a nadie.

· Representa lo más profundo y lo mejor que hay en ti.

· Surge de una profunda compenetración y conexión con tu vida interior.

· Es la expresión de tu propia capacidad para contribuir, y la realización de tus dones únicos y singulares.

· Es trascendental: se basa en los principios de contribución y de lograr un propósito superior al sí-mismo.

· Incluye tu ideal de realización en las dimensiones básicas del ser humano: física, afectiva, mental y espiritual.

· Se refiere a tu carácter y aptitudes: lo que deseas ser y hacer en la vida.

· Representa un equilibrio entre los roles que crees deber cumplir: personal, familiar, laboral y social.

· Se comunica contigo y te inspira en el nivel más esencial.

INTEGRAR EN TU VIDA UN CREDO Y ENUNCIADO DE MISIÓN PERSONAL

Crear e integrar un Credo y Enunciado de Misión necesita tiempo y un serio compromiso. Pueden pasar meses antes de que lo veamos como expresión completa y concisa de nuestros valores, aspiraciones y orientaciones más íntimas. El Enunciado de misión se convierte en un enunciado sólido de nuestros puntos de vista, en el criterio con el cual se miden todas las otras cosas de nuestra vida. Lograrlo nos proporcionará una sensación de claridad, de organización y compromiso, de regocijo y libertad.

El Credo y Enunciado de Misión Personal nos brinda una comprensión profunda de nuestro centro y propósito. El escribirlo nos obliga a pensar en nuestras prioridades con cuidado y profundidad, y nos impulsa a alinear nuestra conducta con nuestras creencias y con los valores en él enunciados. Debe ser un documento vivo, de manera que los criterios que emplees en él sean los mismos que se hallan en tu propio interior, en tu forma de vida, día tras día.

Un Credo y Enunciado de Misión Personal que se asume seriamente influye en todas tus acciones. Al grabarlo en tu mente y en tu corazón, te acompañará para que cada día de tu vida contribuya de un modo significativo a la visión que tienes de tu vida como un todo. El repasarlo y volver a comprometerse con él frecuentemente es una forma vigorosa de renovación espiritual. Desarrollándolo y cultivándolo continuamente, el Enunciado de Misión se convierte en el factor fundamental que influye en cada una de tus elecciones.

He aquí algunas metas para integrar en tu vida un Credo y Enunciado de Misión Personal: memorizarlo; visualizarte viviendo tu Enunciado de Misión; reexaminar y evaluarlo periódicamente; registrar en un diario íntimo la forma como tu Credo y Enunciado de Misión influye en tus experiencias, tus acciones elegidas y las decisiones tomadas.

ALGUNOS EJEMPLOS DE CREDOS Y ENUNCIADOS DE MISIÓN PERSONAL

ENUNCIADO DE MISIÓN PERSONAL. Rolfe Kerr

Primero el éxito en casa.
Busca y merece la ayuda divina.
Nunca te comprometas con la deshonestidad.
Acuérdate de las otras personas implicadas.
Escucha a ambas partes antes de juzgar.
Pide consejo a otros.
Defiende a los que no están presentes.
Sé sincero pero terminante.
Desarrolla una nueva habilidad cada año.
Planifica hoy el trabajo de mañana.
Lucha mientras esperas.
Mantén una actitud positiva.
Conserva el sentido del humor.
Sé ordenado en tu persona y en tu trabajo.
No temas a los errores; tan sólo a la ausencia de respuesta creativa, constructiva y correctiva a esos errores.
Facilita el éxito de tus subordinados.
Escucha el doble de lo que hablas.
Concentra todas tus habilidades y todos tus esfuerzos en la tarea que tienes entre manos.

CREDO Y ENUNCIADO DE MISIÓN PERSONAL. Basado en Stephen Covey.

Basaré mi vida en valores y principios:

Centraré mi vida en principios, seguiré los dictados de mi conciencia.
Sé que transformarme en una persona centrada y guiada en principios es un proceso que nunca termina, una búsqueda de toda la vida.
Sé que guiarme por principios no es fácil. Pero perseveraré en el intento, y trabajaré sin descanso para llegar a estar en armonía con el norte verdadero.

Estableceré relaciones auténticas y gratificantes con las demás personas:

Antepondré las personas a los programas y las actividades.
No me dedicaré a comparar, competir ni criticar.
Seré sincero, directo y no manipulador.
Asumiré compromisos y los cumpliré.
Pondré en práctica lo que recomiende.
No reaccionaré de forma exagerada ante las conductas negativas, las críticas o las debilidades humanas.
Perdonaré con facilidad. No guardaré rencor.
No prejuzgaré ni me valdré valen de estereotipos, no rotularé ni clasificaré a las demás personas.
Me alegraré cuando los demás triunfan y contribuyen a que ello suceda.
Creeré en el potencial de los demás.

Me esforzaré en ser más sinérgico:

Trabajaré con los demás para alcanzar una visión compartida. Apreciaré las diferencias.
Creo en el valor de las soluciones basadas en una tercera alternativa.
Cuando me comunique con otros desde posiciones aparentemente antagónicas, seré capaz de establecer una distinción entre las personas y el problema.
Me centraré en los intereses y preocupaciones de mi interlocutor en vez de discutir sobre sus respectivas posiciones.

Me esforzaré en aprender continuamente:

Seré más receptivo a las enseñanzas.
Leeré mucho.
Escucharé y aprenderé de los demás.
Aprenderé continuamente de mi experiencia y de la de los demás.

Seré generoso y más propenso a contribuir:

Dedicaré más tiempo a dar que a recibir.
Cultivaré una actitud de servicio a los demás.
Trataré de mejorar la calidad de vida de las otras personas, en lugar de ocuparme tan sólo de mí mismo.

Seré fuerte ante los problemas:

No me abatiré por una enfermedad, un contratiempo económico o una desilusión. Manejaré estos problemas guiándome por principios.

Llevaré una vida equilibrada:

Me mantendré activo física, social, mental y espiritualmente.
Llevaré una vida más plena.

Me esforzaré por hacer coincidir lo que pregono con lo que hago:

No incurriré en duplicidad, engaños ni hipocresía.
Desarrollaré mi capacidad de asumir compromisos ante mí mismo y ante los demás y de cumplirlos.

Me concentraré en mi Círculo de Influencia:

Me concentraré en las cosas respecto de las cuales puedo hacer algo
Me esforzaré por mejorar casi todas las situaciones en que me encuentre.

Cultivaré una rica vida interior:

Extraeré fuerzas de una renovación espiritual practicada con regularidad.
Haré lecturas de obras que transmiten sapiencia
Meditaré, para enriquecer el contexto, el significado y el propósito de mi vida.

Irradiaré energía positiva:

Seré más alegre, afable, optimista y positivo.
Trataré siempre de ver las posibilidades ocultas en los problemas.
Neutralizaré o esquivaré fuerzas de energía negativa.
Buscaré siempre mantenerme en contacto con el pulso de la vida, con una chispa interior que me mantenga expandiéndome, creciendo y aceptando retos.

Disfrutaré más de la vida:

No me condenaré a sí mismo cada vez que cometa un error.
Me perdonaré a mí mismo y perdonaré a los demás.
No estaré obsesionado con el pasado ni me entregaré a ensoñaciones sobre el futuro.
Viviré con alegría y sensatez el presente, planificaré cuidadosamente el futuro y me adaptaré con flexibilidad a las circunstancias cambiantes.
Disfrutaré de un buen sentido del humor, pero nunca haré burla de los demás.

Viviré con devoción y lucharé con tenacidad:

Mantendré una devoción y una fe inquebrantable en mi sentido de potencial y propósito, y un impulso apasionado por el crecimiento personal.
No permitiré que ningún obstáculo se interponga en su camino.

SÓLO POR HOY. Juan XXIII, Papa.

Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.

Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.

Sólo por hoy seré feliz, en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también.

Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar, o disciplinar a nadie, sino a mí mismo.

Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.

Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.

AL EMPEZAR EL DÍA. Leo Buscaglia

Al empezar cada día, trataré de aprender algo nuevo sobre mí, sobre ti y sobre el mundo en que vivimos, de tal modo que pueda continuar sintiendo y viviendo todas las cosas como si acabaran de nacer.

Al empezar cada día, me acordaré de participarte mi alegría, así como mi pena, de manera que os podamos conocer mejor el uno al otro.

Al empezar cada día, me propondré escucharte de verdad e intentaré comprender tu punto de vista, al tiempo que trataré de darte el mío de la forma más suave, recordando que ambos estamos creciendo y cambiando de mil formas distintas.

Al empezar cada día recordaré que soy un ser humano y no exigiré de ti la perfección hasta que yo sea perfecto.

Al empezar cada día, me esforzaré por conocer mejor las casas bellas de nuestro mundo.

Al empezar cada día, me cuidaré de acercarme a ti y acariciarte con ternura, porque no quiero dejar de sentirte.

Al empezar cada día, me dedicaré a renovarme como hombre que ama y a esperar los acontecimientos.

LO ESENCIAL. Basado en Leo Buscaglia

Buscaré el Conocimiento, que me dará las herramientas necesarias para mi viaje a lo largo de la vida, y la Sabiduría, que me ayudará a emplear el conocimiento acumulado en el pasado, de manera que me sirva para poder descubrir nuestro presente.

Cultivaré la Compasión, para aceptar a los demás, cuyos caminos pueden ser distintos a los míos, con amabilidad y comprensión.

Desarrollaré la Creatividad, que me ayudará a comprender y reconocer las nuevas alternativas y caminos desconocidos a lo largo de la vida.

Me forjaré en la Fortaleza, para alzarme contra el miedo y seguir adelante a despecho de la incertidumbre, sin garantías ni recompensas.

Cultivaré la Paz interior, para mantenerme centrado, y la Alegría, para mantenerme gozoso a lo largo del camino.

Viviré el Amor, que será mi guía permanente hacia el máximo nivel de plenitud que el hombre puede alcanzar.

Trascenderé las apariencias. Sé que lo esencial de las otras personas es vasto y maravilloso, mientras que lo visible a mis ojos es limitado y minúsculo.

Confrontaré la apatía, que me impide considerar y tener presente en mi vida lo esencial y enfrentarme con el reto que supone una auténtica identidad.

PROCLAMACIÓN DE MÍ MISMO. María Cecilia Betancur.

Soy el dueño único de una vida.
He sido dotado con todas las capacidades que se necesitan para conducirla con propiedad.

¡Cuántas cosas magníficas figuran en mi inventario!:
Un cuerpo con características y funciones armoniosas;
sentidos, mediante los cuales me relaciono con el mundo;
músculos y redes nerviosas que me permiten el movimiento voluntario;
ideas y pensamientos que puedo construir, perfeccionar y desechar;
sentimientos que hacen excitante mi vida;
gracias a mi inteligencia soy capaz de rectificar ideas
y enderezar los pasos que me impiden ser mejor de lo que soy.

En mí está la capacidad de hallar satisfacción y gozo en cada actividad que emprendo.
Vivo creadoramente, porque en oda obra mía dejo un sello personal;
me regocijo con ella, porque es fruto de mi trabajo y mi ingenio.

Mañana será otro día para ser más feliz que hoy.
Persigo objetivos sólidos y realistas, pero no malgasto el presente
pensando en aquello que vendrá después.

Sé que hay muchos caminos para realizar mis aspiraciones.
Pese a mis carencias, defectos, errores y estigmas del pasado,
si me esfuerzo, perseverante, puedo alcanzar las metas que me he propuesto.
Soy un valor que se eleva por encima de los juicios y de las circunstancias.
Ni la adversidad ni la fortuna son termómetros para tasar mi mérito.

Sé que la tarea de crecer no tiene límites.
Vive en mi mente la persona ideal que deseo llegar a ser;
no coloco en su lugar a nadie distinto de mí.

Quien me ame, me amará por lo que soy.
Me estimo tanto como para pensar que quien me ame debe merecerme.
Mi amistad es un privilegio,
toda vez que aquel que se relaciona conmigo no lo hace en balde.
No doy; ofrezco generosamente cuanto poseo.

Ante la crítica, me pongo de mi parte; no cedo lugar a la desazón que me provoca.

De mí tengo el más elevado concepto. Sin petulancia puedo decir, como algún otro,
“Estoy encantado de haberme conocido”

PARA CONVERTIRME EN UNA PERSONA SIN LÍMITES. Basado en Wayne Dyer.

Seré sincero y honrado:

Seré primero y ante todo una persona sincera y honrada.
Me opondré a la falsedad.
Procuraré no ser evasivo con los demás ni pretender engañarles.
Cultivaré una actitud sincera ante la vida, que nace de mi decidida fidelidad a la verdad.

Creo en mi capacidad de elegir:

Creo con toda firmeza que tengo posibilidad de elegir, en vez de sentirme atrapado o sin posibilidad de controlar las circunstancias de mi vida.
Tengo la certeza de que soy yo quien determina mi destino, con mis acciones y decisiones,.
Sé que puedo convertirme, si así lo decido, en el creador de mi historia, y no el en resultado de las circunstancias de la vida o de lo programado por otros en mi lugar.

Cultivaré un “sentido de misión” con respecto a mi propia vida:

Estaré vitalmente entregado a mis proyectos vitales.
Asumiré con celo, decisión, devoción y entrega mi proyecto de vida.
Seré capaz de emocionarme por las cosas que hago.
Me sentiré intensamente involucrado en el objetivo personal que me he marcado aquí en la tierra.

Pensaré de una forma digna, respetándome a mi mismo y no siendo esclavo de las opiniones de los demás:

Escucharé con respeto las opiniones de otras personas, tanto positivas como negativas, pero ello no me paralizará.
No decidiré cómo voy a pensar o comportarme en función de lo que piensen los otros. Seré receptivo a los buenos consejos, pero decidiré yo mismo cómo voy a actuar, porque tengo confianza en mí mismo.

No me angustiaré por los juicios de los otros, porque a su vez yo mismo no me considera juez de los demás.

Perseguiré mis objetivos, aunque al hacerlo incomode a los que lo rodean.
Sé que no podré conseguir que todo el mundo esté de acuerdo conmigo en todo lo que haga, así que no convertiré el buscar la aceptación o aprobación de los demás en objetivo de mi vida.

Mis relaciones con los demás serán confiadas, abiertas y eficaces:

Seré considerado en mis relaciones con los demás, sin perder el respeto a sí mismo; Respetaré a los demás,
Seré abierto, evitaré ser receloso o dejarme dominar por el temer de que me rechacen.
Ante la persona que se muestre hostil o que efectivamente me rechaza, no me sentiré debilitado o amenazado.

Procuraré disfrutar plenamente el presente:

Sé que el pasado ha concluido y que el futuro no lo tiene nadie asegurado, así que procuraré vivir en el presente y agradecer lo que tengo.
Pensaré basándome en el principio de apreciar la vida en vez de criticarla.
Asumiré actitudes que me permitan ver las cosas pequeñas con perspectiva, para que esas cosas pequeñas no me hagan desdichado.
Otorgaré la debida importancia a la necesidad de una sana distracción y esparcimiento.

EL SALMO DE LA VIDA. Henry Wadsworth Longfellow. 1807-1882.

"No me digas lamentándote,
¡la vida no es más que un sueño vano!
Puesto que muerta está el alma que dormita
Y las cosas no son lo que parecen.

¡La vida es real! ¡La vida es grave!
Y la tumba no es tu meta.
Polvo eres y en polvo te convertirás,
No se refería al alma.

Ni el goce, ni el pesar
son a la postre nuestro destino;
es actuar para que cada amanecer
nos lleve más lejos que hoy.

El tiempo es breve y el arte es largo
Y nuestros corazones, aunque bravos y valerosos,
Todavía, al igual que tambores sordos,
Tocan marchas fúnebres hacia la sepultura.

En el extenso campo de batalla de este mundo,
En el campamento de la vida,
¡no seas como buey mudo aguijado!
¡sino héroe en el conflicto!

¡Desconfía del futuro por agradable que sea!
Deja que el pasado muerto entierre a sus muertos.
¡Actúa, actúa en el vivo presente
el corazón firme y Dios guiándote!
Las vidas de los grandes hombres nos recuerdan
que podemos sublimar las nuestras,
y al partir tras de sí dejan
sus huellas en las arenas del tiempo.

Huellas por las que quizás otro que navegue
Por el solemne océano de la vida,
Un hermano náufrago desolado,
Al verlas, vuelva a recobrar la esperanza.

En pie y manos a la obra,
Con ánimo para afrontar cualquier destino.
Logrando y persistiendo,
Aprendiendo así a trabajar y a esperar.

PLEGARIA.

Gracias Dios mío por darnos nuestro hogar y por la bendición que representa tener un refugio, una cama limpia, un techo, una mesa donde comer.

Me esforzaré en respetar mi hogar y en respetar a quienes lo comparten conmigo.

Gracias a (... nombres de tus seres queridos) con quienes comparto mi hogar; daré lo mejor de mí para que él represente un espacio de cobijo y amor para todos los que en él habitamos.

Gracias a mi esposa, que me dio el mayor de los regalos: su amor, y la oportunidad de compartir nuestra vida. Gracias a mis hijos, que representan una de las razones principales por las cuales vivo. Amarlos a ustedes es uno de los mayores compromisos de mi vida.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Estimado Javier,

Para mí, la elaboración de mi credo personal personal ha sido muy importante, ha hecho que cambie mi forma de vivir mi vida. Ahora sé en todo momento que puedo estar satisfecho y orgulloso de todo lo que hago y de como lo hago, ya que todas las decisiones que tomo se basan en una serie de principios y valores con los que yo estoy integramente comprometido.
La vida la veo desde otro punto de vista, desde un punto de vista sereno y seguro, con la confianza de ser dueño del destino de mi vida.

Virtualmente suyo,

Raúl Sánchez

Hector Roman dijo...

Excelente, hago nota. Para aplicarlo conforme a mis necesidades.
Gracias.

Unknown dijo...

Para mí, la elaboración del credo personal ha sido muy importante, y ha hecho que cambie mi forma de vivir la vida.