miércoles, 8 de agosto de 2007

27. ESCUCHAR NUESTRO LENGUAJE. IDEAS Y LENGUAJE DESTRUCTOR. RACIONALIZACIONES, EXCUSAS.

ESCUCHAR NUESTRO LENGUAJE. IDEAS Y LENGUAJE DESTRUCTOR. RACIONALIZACIONES, EXCUSAS.

ESCUCHAR NUESTRO LENGUAJE.

Nuestro lenguaje es un indicador muy fiel del modo en que nos vemos como personas reactivas o proactivas. El lenguaje de las personas reactivas las absuelve de su responsabilidad: “Yo soy así ....No puedo hacerlo ...No lo permitirán ....No lo aceptarán ...Tuve que hacerlo ...Fue que ...Es un sentimiento superior a mis fuerzas ...”.

El lenguaje reactivo refuerza el paradigma de que estamos determinados, de que somos impotentes, de que no tenemos el control. Un serio problema del lenguaje reactivo es que se convierte finalmente en una profecía de auto cumplimiento: quien se dice siempre que no es capaz de hacerlo, termina efectivamente no siendo capaz de nada.

El lenguaje de la persona reactiva está lleno de “si ...”: si tuviera una esposa más paciente; si tuviera unos hijos más cooperadores; si tuviera un jefe más comprensivo.... Para la persona reactiva el paradigma del cambio está “de fuera hacia adentro”: lo que está afuera tiene que cambiar antes que cambiemos nosotros.

Nuestras actitudes y conductas fluyen de nuestros paradigmas. Nuestro lenguaje, por ejemplo, es un indicador muy fiel del modo en que nos vemos como personas reactivas o proactivas.

Cuando se dé cuenta de que su comportamiento verbal es negativo en los juicios acerca de la realidad, las cosas, las situaciones, dedique periódicamente unos instantes a tratar de corregirse. Al modificar su conducta verbal, cambiará sus actitudes para dirigirlas en el sentido de aceptar la realidad tal como es y se encontrará eliminando de su vida muchos desasosiegos innecesarios.

IDEAS Y LENGUAJE AUTODESTRUCTOR.

Somos un potencial, mas para desarrollarlo tenemos que desembarazarnos de los “noes”, los “nunca”, los “no puedo”, los “imposibles”, los “sin esperanza”. Borra de tu vocabulario estas palabras negativas. Decid “sí” a la vida. Intenta decir “sí”, “siempre”, “posible”, esperanza”, “quiero” y “puedo”.

Es posible que no nos demos cuenta, pero resulta asombroso que gran parte de lo que no somos se debe a que estamos detenidos en nuestro propio camino por llegar a ser. ¡Elimina todos los obstáculos de tu camino¡. ¡Valor, amar y vivir está a tu alcance¡. Todo lo que haz de hacer es asumir la responsabilidad y aferrarte a ella.

Jack Park dice una cosa maravillosa sobre este particular: “Mi vida se asemeja a una larga carrera de obstáculos, en la que yo soy el más difícil de todos”.

Hemos de eliminar las ideas negativas, autodestructoras, que nos limitan y nos hacen solitarios, que nos aburren y nos matan la espontaneidad, pues ellas son la anti-vida, el anti-desarrollo y el anti-cambio.

Mantén atento el oído a su empleo personal de palabras y frases, tanto en lo que se refiere a las ideas íntimas como a las expresiones verbales, que casi siempre reflejarán su falta de confianza en sí mismo, de iniciativa, de carácter o de independencia. Una de las frases más corrientes que tendrá que cambiar por otros pensamientos mejores es “Sé que voy a perder”. Si su postura mental o estado de ánimo inicial es que perderá, de seguro que así será. En cambio, si se decide a creer que “ganará”, no podrá tolerar la idea de perder. Por ello, acometa toda situación persuadido de la idea de que su perspectiva es alcanzar la meta que se ha propuesto.

Decídete a dejar de emplear frases tales como "Estoy cansado" o "No me siento bien". Al no utilizarlas, te ves obligado a reconsiderar tu actitud respecto a la fatiga y la enfermedad, y probablemente descubrirás que al eliminar las quejas verbales, esas enfermedades o ese desgano no se harán presentes.

Elimina de tu vocabulario las frases sobre cualquier cosa que no quieres que se manifieste en tu vida. Cuando te descubras hablando de tus enfermedades, tus temores o tu cansancio, guarda silencio en lugar de pronunciar una profecía que se cumplirá sin lugar a dudas.

RACIONALIZACIONES, EXCUSAS.

Deja de poner excusas para explicar porqué no consigues hacer las cosas realmente importantes en tu vida. Si no has llevado a cabo lo que dices que te gusta es sobre todo porque te niegas a aprovechar el momento. Todas las excusas no son más que eso, excusas. En el fondo de tu corazón sabes que es así.

Cultiva una autenticidad absoluta; la seguridad interna que emana de ella elimina la necesidad de vivir para impresionar. Libérate de las excusas y racionalizaciones que te impiden ser leales a la mejor faceta de tu personalidad.

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