miércoles, 8 de agosto de 2007

33. CUANDO ALGUIEN COMETA UN ERROR. ENSEÑAR EN EL MOMENTO OPORTUNO. ACOMPAÑAR EN LOS MOMENTOS CRUCIALES. LENGUAJE DE LA LOGICA Y DE LA EMOCION

CUANDO ALGUIEN COMETA UN ERROR. ENSEÑAR EN EL MOMENTO OPORTUNO. ACOMPAÑAR EN LOS MOMENTOS CRUCIALES. LENGUAJE DE LA LOGICA Y DE LA EMOCION

CUANDO ALGUIEN COMETE UN ERROR.

Los errores honestos se consideran lo que son: una oportunidad para aprender. Ante el error, debemos averiguar las causas, descubrir lo que se puede ganar de la experiencia, y luego avanzar. Existen tantas causas de error que rara vez se gana algo al dividirse cuando alguien comete uno. En lugar de criticar, se debe revisar el error con cuidado, discutiéndolo juntos, siendo honestos y receptivos. Hablamos con quien pudo haber originado el error, no con el propósito de buscar culpables, sino con la intención de comprender, buscar entre todos la solución, y ayudar.

ENSEÑAR EN EL MOMENTO OPORTUNO.

§ “Debemos ver a los jóvenes no como botellas para llenar, sino como velas para encender”. Robert H. Shaffer.

Reconoce que debes enseñar y dedícale tiempo a ello. Cuando surgen las diferencias ha llegado el momento en que enseñar se hace decisivo. Pero hay momentos para enseñar y momentos que no son para enseñar. Cuando las relaciones son tensas y el ambiente está cargado emocionalmente, el intento de enseñar se percibe a menudo como un forma de juicio y rechazo. Tenga presente que la razón de que a veces nos sentimos preocupados no es la otra persona, sino la tensión y el cansancio. Si usted está realmente preocupado o distraído porque ha tenido un problema, recuerde que hay ocasiones en que lo mejor es no hablar con nadie. Procure tranquilizarse y más tarde hablar con otras personas.

Se influye mucho más esperando un momento posterior, cuando la relación sea buena o no tensa, más propicio para tratar de transmitir la enseñanza o el valor que puede descubrirse en una situación.

El momento de enseñar es aquel en que:

· La gente no está amenazada (el intento de enseñar cuando los otros se sienten amenazados tendrá como único resultado, aumentar su resentimiento; espere, pues, a que se dé una situación nueva – o a que usted pueda crearla -, en la cual la persona en cuestión se sienta más segura y receptiva.

· Usted, que no está furioso ni frustrado, experimenta sentimientos de afecto, respeto y seguridad interior

· Cuando el otro necesita ayuda y apoyo arremeter con fórmulas para el éxito cuando alguien está en un bajo nivel emocional, o fatigado, o sometido a gran presión, equivale a intentar enseñar a nadar a una persona que se está ahogando.

Recuerda: Siempre estamos enseñando una u otra cosa, ya que constantemente estamos irradiando lo que somos.

ACOMPAÑAR EN LOS MOMENTOS CRUCIALES.

Nadie quiere que las personas que más nos interesan tomen decisiones con consecuencias importantes a largo plazo basadas en emociones y estados de ánimo momentáneos, inseguridades personales y dudas sobre sí mismas. ¿Cómo podemos influir en ellas?. En primer lugar, piense antes de reaccionar. No se deje llevar por estados de ánimo momentáneos, haciendo algo que lesione toda relación o influencia que usted pueda tener en ese momento. En segundo término, comprenda que la gente tiende a actuar según como se siente, en lugar de hacerlo de acuerdo con lo que sabe. La motivación es una función del corazón, más que de la cabeza. Cuando percibimos que nuestra razón y nuestra lógica no se están comunicando con los sentimientos y emociones del otro, deberíamos tratar de comprender su idioma como lo haríamos en una lengua extranjera, sin condenarlo ni rechazarlo. Este esfuerzo comunica respeto y aceptación, baja las defensas, disminuye la necesidad de luchar y restablece el deseo de hacer lo correcto.

EMPLEE EL LENGUAJE DE LA LOGICA Y EL DE LA EMOCIÓN.

Vivir la empatía nos lleva a entender que hay dos lenguajes, el de la lógica y el de la emoción, y que la gente se comporta mucho más según lo que siente, que según lo que piensa; que a menos que haya buenos sentimientos entre las personas, será casi imposible que razonen juntas debido a las barreras emocionales; que el miedo es un nudo en el corazón, y que para desatarlo debemos mejorar nuestra relación.

La comunicación, después de todo, no es tanto una cuestión de inteligencia como de confiar en los demás y aceptarlos con sus ideas y sentimientos, y de admitir el hecho de que son diferentes y ellos también piensan que tienen razón.

Cuando nos demos cuenta de que no tenemos un idioma común, deberemos tratar de comunicarnos a través de una de estas cuatro formas:

§ Dedicar tiempo al otro, porque cuando damos tiempo alegremente transferimos su valor a otro.
§ Ser pacientes, porque la paciencia también comunica valor y significa: “Yo acompasaré mi paso al tuyo; esperarte me hace feliz: tú lo mereces”
§ Procurar comprender, porque un esfuerzo honesto en este sentido evita la necesidad de luchar y defenderse
§ Expresar francamente nuestros sentimientos y ser congruente con nuestras expresiones no verbales.

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