miércoles, 8 de agosto de 2007

41. EL VALOR DEL TRABAJO. DELEGAR. HABITOS PARA UNA INTERACCION EFICAZ EN EL TRABAJO. SISTEMAS ORGANIZACIONALES. LEALTAD.

EL VALOR DEL TRABAJO. DELEGAR. HABITOS PARA UNA INTERACCION EFICAZ EN EL TRABAJO. SISTEMAS ORGANIZACIONALES. LEALTAD A EMPRESA Y LEALTAD A SI MISMO. REPLANTEAMIENTOS SOBRE SU MUNDO LABORAL. RIQUEZA MATERIAL

EL VALOR DEL TRABAJO.

Asume tu trabajo como una oportunidad de crecer como persona y como profesional, perfeccionar tu carácter, aprender nuevas habilidades y mejorar tu capacidad de enfrentar desafíos.

Toma la decisión conciente de dejar de ver defectos en tu trabajo diario. Practica la gratitud por tener la oportunidad de trabajar.

La seguridad económica no reside en el empleo que tenemos. Reside en nuestra capacidad para producir: pensar, aprender, crear, adaptarnos. Esa es la verdadera independencia económica. No consiste en tener riquezas, sino en el poder para producirlas. Es intrínseca.

DELEGAR.

Quienes no saben o no están dispuestos a delegar, tienden a creer que la solución para la mayoría de los problemas es que ellos mismos pongan manos a la obra y hagan ellos mismos las tareas, hasta quedar agotados. He aquí la razón por la cual sus operaciones siempre siguen siendo pequeñas y sus negocios de corto vuelo. Sencillamente no saben cómo delegar de forma que los demás estén motivados interiormente y satisfagan sus expectativas. Cuando intentan delegar, a menudo concluyen afirmando: “Me lleva más tiempo explicarlo y capacitar a una persona para realizarlo que hacerlo yo mismo”. Así que ceden y vuelven a aplicarse a hacer ellos mismos las cosas, hasta quedar exhaustos, irritables, críticos y disgustados porque los demás no han colaborado más. Este tipo de personas sobre reaccionan ante los errores y corren a corregirlos. Siempre están encima de los demás y controlan todo constantemente, socavando así la motivación de los demás.

La delegación eficaz se centra en los resultados y no en los métodos. Se le permite a las personas elegir sus métodos y las hace responsables de los resultados. Al principio lleva más tiempo, pero es un tiempo bien invertido.

La delegación eficaz demanda valentía emocional puesto que permitimos, en mayor o menor grado, que los demás cometan errores con nuestro tiempo, dinero y buen nombre. Esta valentía está fundamentada en la paciencia, el autocontrol, la fe en la potencialidad de los demás y el respeto por las diferencias individuales. La delegación eficaz debe ser recíproca: responsabilidad asignada, responsabilidad recibida.

HABITOS PARA UNA INTERACCION EFICA EN EL PROCESO DE CONSECUCIÓN DE METAS CONJUNTAS. .

He aquí algunos hábitos para una interacción eficaz en el trabajo y en el proceso de consecución de metas conjuntas mediante la delegación y la cooperación:

Resultados deseados.

Enunciar claramente los resultados deseados, identificar lo que hay que hacer y cuándo, y permitir a las personas elegir sus métodos de hacer las cosas.

Crear una comprensión clara y mutua de lo que hay que lograr, concentrándose en el qué y no en el cómo; en los resultados, no en los métodos. Dedicar tiempo. Ser paciente.

Directrices

Brindar directrices, especificando los principios (parámetros, restricciones, políticas, etc.) que enmarcan los resultados que se quieren alcanzar y dentro de los cuales debe actuar el individuo. Si usted conoce las rutas potenciales que llevan al fracaso, identifíquelas, señalando lo que no hay que hacer, pero NO diciendo qué hay que hacer. Que sean ellos los responsables de realizar lo necesario sin salirse de las directrices.

La fijación de directrices forma parte de una primera fase en la se establece el acuerdo inicial. De ello debe resultar que la gente tenga una clara comprensión de qué es lo que se espera de ella y de qué recursos, autoridad, campo de acción y orientaciones dispone.

Recursos

Identificar el apoyo (humano, económico, técnico u organizacional) y los recursos con los que se cuenta para lograr los resultados deseados.

En esta fase es crucial el apoyo a los delegados. El supervisor se transforma en una fuente de ayuda para ellos y en su abogado, no en un temido adversario. Les suministra recursos, allana obstáculos, apoya sus acciones y decisiones, da orientación, suministra capacitación y comparte la retroalimentación.

Rendición de cuentas

Establecer las normas de rendimiento que se utilizarán en la evaluación de los resultados y el momento específico en que esa evaluación tendrá lugar. Se trata en gran medida de un proceso de auto evaluación, puesto que los delegados son supervisados por sus resultados, es decir, por su desempeño real.

Consecuencias

Especificar las consecuencias de alcanzar o no los resultados. Precisar lo que sucederá, lo bueno o lo malo, como resultado de la evaluación.

Con individuos inmaduros, hay que establecer menos resultados deseados y más directrices; identificar más recursos; realizar entrevistas más frecuentes de rendición de cuentas, y aplicar más consecuencias indirectas.

Con personas más maduras, los resultados deseados pueden ser más desafiantes, hay menos directrices, una rendición de cuentas menos frecuente, y criterios menos mensurables pero más discernibles.

SISTEMAS ORGANIZACIONALES

La filosofía gano/ganas da resultado y sólo puede sobrevivir en una organización cuando los sistemas le brindan sustento Si uno habla en gano/ganas, pero recompensa en gano/pierdes, tiene entre las manos un programa perdedor.

El espíritu de gano/ganas no puede sobrevivir en un medio de competencia y confrontación. Para que el paradigma gano/ganas dé resultado los sistemas tienen que brindarle sustento.

Todos los sistemas de la organización tienen que basarse en el principio de gano/ganas: el sistema de adiestramiento, el sistema de planificación, el sistema de comunicaciones, el sistema presupuestario, el sistema informativo, el sistema de recompensas.

Muy a menudo el problema reside en los sistemas, no en la gente. Si se sitúa a buenas personas en malos sistemas los resultados serán malos. Uno tiene que regar las flores que pretende que crezcan. Los sistemas gano/ganas crean el ambiente que sustenta y refuerza los acuerdas gano/ganas.

LEALTAD A LA EMPRESA Y LEALTAD A SÍ MISMO.

Si es a costa de su propia felicidad, nada merece que le consagre usted su existencia. La doctrina de la lealtad a las cosas y a las instituciones es una adhesión tiránica que puede usted afrontar victoriosamente. No conceda usted más importancia y envergadura a sus tareas que a su felicidad, entonces se está avasallando usted a sí mismo o se está dejando hundir en la condición de víctima.

Lealtad no significa esclavitud. Uno puede ser fiel a determinada organización y consagrarse a sus tareas con honradez e integridad, sin tener que convertirse en su siervo. La persona más importante del mundo, a la que debe ser inquebrantablemente leal, es usted mismo. Uno sólo dispone de una vida y dejar que la controle una empresa o cualquier otra institución es particularmente insensato, cuando se considera la gran cantidad de alternativas que se ofrecen.

La forma en que emplee su lealtad corre totalmente por su cuenta. Puede convertir en las cosas más importantes de su vida alcanzar la felicidad y atender las responsabilidades de ayudar a los miembros de su familia. No tiene que explicárselo a nadie, pero puede empezar a hacer que su vida funcione en torno al concepto de lealtad a usted mismo. Es muy probable que descubra que gracias a ello es usted incluso más productivo en su trabajo y de trato mucho más agradable.

Usted puede planear activamente el empleo de su tiempo de modo que se encamine hacia la felicidad, la salud y, lo que es más importante, la satisfacción.

¿Porqué no sitúa a la empresa o a la institución que sea en la perspectiva adecuada y empieza a tratarla, en el mejor de los casos, como un mecanismo a través del cual recibe usted un precio justo a cambio de una grata, estimulante, productiva y satisfactoria utilización de sus aptitudes?.

REPLANTEAMIENTOS FRENTE A SU MUNDO LABORAL

Valore sus prioridades vitales con las personas que para usted son más importantes. Hable con sus familiares acerca de su conducta (la de usted) y de lo que busca. Pregúnteles qué opinan respecto a las responsabilidades laborales de usted y si se sienten desatendidos. Elabore una relación de las cosas que usted pretende alcanzar y porqué desea lograrlas. Luego eche un vistazo a su propio comportamiento. ¿Avanza usted hacia la realización personal que aspira conseguir o se va hundiendo en un hoyo cada vez más profundo?. Uno sólo puede volver las cosas del revés cuando ha puesto todo el asunto en perspectiva y empieza a vivir su vida día a día, lanzado en persecución de la felicidad y no de la neurosis.

Alivie su mente de las tensiones a que la somete el mundo laboral. Encárguese de que su cerebro trabaje en forma auto realizadora. Acostúmbrese a dejar la tarea a su espalda cuando abandone la oficina. Deje de repasar todo lo que sucedió durante la jornada y deje de preocuparse por el modo en que se desarrollarán sus asuntos profesionales durante el día siguiente o el año que viene. En vez de machacar continuamente sobre sus problemas laborales, aprenda a hablar de los sentimientos de los miembros de la familia, de sus éxitos, de sus ambiciones.

RIQUEZA MATERIAL.

§ “Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero”. Voltaire.

§ “Ganarse la vida no basta. El trabajo también tiene que hacer una vida”. Peter Drucker, profesor de administración.

Las personas y los seres vivos constituyen todo lo que importa. Sin la vida alrededor para compartir, dar y recibir, uno no tiene posibilidad alguna de alegría. De llevarse de aquí toda la vida, en el mundo no quedaría nada que tuviera o proporcionara significado. La vida es lo único que cuenta.

No hace falta mucha riqueza material para ser feliz. Observe la capacidad que tienen los niños de disfrutar simplemente con el hecho de estar vivos. Lo mismo puede hacer usted, siempre y cuando esté dispuesto a reordenar su lista de prioridades y poner el acento sobre lo que realmente importa: la vida en sí misma.

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