miércoles, 8 de agosto de 2007

24. INDEPENDENCIA. INDIVIDUALIDAD. ASERTIVIDAD. ACTITUD ANTE FIGURAS DE AUTORIDAD. NO SITÚE A NADIE POR ENCIMA DE USTED.

INDEPENDENCIA. INDIVIDUALIDAD. ASERTIVIDAD. ACTITUD ANTE FIGURAS DE AUTORIDAD. NO SITÚE A NADIE POR ENCIMA DE USTED. ACTITUDES PARA ACTUAR DESDE UNA POSTURA DE FORTALEZA. OPINIONES Y JUICOS DE LOS DEMÁS. SINCERIDAD. MENTIR NO SIEMPRE ES INMORAL

INDEPENDENCIA.

Vivir tu enunciado de misión puede implicar ir contra la corriente, contra el medio circundante, contra hábitos y conductas profundamente arraigados.

El reivindicar la propia independencia no implica asumir posturas hoscas o aislarse de los demás. Entraña simplemente desarrollar seguridad interior y un alto sentido de la auto valía, como para no permitir que nadie pretenda manipularlo o arrebatarle el derecho a ser usted mismo.

Ser independiente significa: ser proactivo, centrado en principios correctos, impulsado por una visión y misión, y capaz de organizarse y realizar cosas en torno de las prioridades de tu vida con integridad.

Sin un sentido de Visión Personal, respondemos simplemente a lo que un tercero valora o desea. Caemos en la trampa de intentar convertirnos en muchas cosas para los demás, de satisfacer las expectativas de todos. Por ello no permitas que tu vida sea dirigida o dominada por la opinión de los demás, o por sus prioridades y expectativas.

Aleja el sentimiento de culpa que se derive de no complacer las expectativas de los otros. En cambio, si el sentimiento de culpa procede de tu conciencia, hazle frente, haciendo lo necesario para reparar el error y seguir adelante, porque la vida es aprendizaje, tanto a partir de los errores como de los aciertos.

No te conviertas en un buscador de permisos cuando tengas algún asunto importante que resolver en tu vida.

INDIVIDUALIDAD

§ "Algún día, en algún lugar lejano, sin duda diré con un suspiro de alivio: dos sendas se separaban en un bosque, y yo tomé la menos usada. En eso estará la diferencia." Robert Frost.

En este poema hay un consejo que se puede aplicar a todas las áreas de nuestra vida: tengamos cuidado si seguimos a la manada; no hagamos nada simplemente porque lo hacen los demás. Has lo que haces del modo que lo creas más conveniente, al margen de cómo lo hagan los demás o de cómo se ha hecho siempre.

El poema de Frost nos invita a olvidarnos de la presión del grupo y a que seamos conscientes de que si realmente deseamos cambiar nuestra vida no podremos conseguirlo haciendo lo que hacen los demás o siendo igual que el resto de la gente. Si optas por hacer que tu vida sea como la de la mayoría, entonces, ¿qué es exactamente lo que tienes que ofrecer?. La senda más trillada es la que te permitirá encajar, sentirte aceptado e incluso integrado, pero jamás de dejará destacar. Los grandes pensadores de todos los siglos en su mayoría eligieron la senda menos conocida.

Anímate a conocer el placer de elegir tu propio camino. Trabaja duro y no hagas comparaciones en tus relaciones. Sujetarse a las normas de la mayoría no favorece la autoestima o la individualidad. Escucha a tu corazón en lo que respecta al camino que deseas seguir. Empieza la aventura de explorar la senda desconocida. La recompensa de la independencia sobrepasará en mucho a la de la práctica de la conformidad.

Recuerda que no es probable que tengas una segunda oportunidad para regresar y tomar el camino que realmente deseabas seguir, pero que no tomaste por ser el menos conocido.

No dejes que tus energías vitales se desperdicien, preocupándote por lo que los demás piensen de ti. Lo esencial no es agradar a los demás o ser aceptado por los demás.

ASERTIVIDAD.

Ten coraje para expresar tus derechos, sentimientos y convicciones; no te dejes intimidar. Si crees que defiendes principios correctos, no capitules, no cedas, no renuncies. No busques fuerza en la aceptación de los otros. No te compares con nadie. Sé considerado pero terminante cuando están en juego tus derechos o creencias. No dependas de la opinión o del reconocimiento ajeno.

ACTITUD ANTE FIGURAS DE AUTORIDAD.

Las personas que poseen títulos ostentosos u ocupan puestos de autoridad hacen que resulte fácil el que usted mismo se coloque en posiciones de inferioridad, y deje de tratar con ellos en un plano de igualdad. Por ello, ha de empezar por considerar a esas figuras como simples seres humanos, no más importantes que usted. No se puede conceder a otra persona una estima más alta que la que se otorga uno a sí mismo y esperar que le traten como un igual. Si a usted no le tratan como un igual, es porque usted permite que suceda. Las figuras con autoridad le respetarán a usted si usted les exige respeto y, aunque los trate con la debida cortesía que requiere su cargo o su competencia profesional, no reaccione usted nunca con temor hacia su estatus “superhumano” ni permite que le avasallen de cualquier otra manera.

NO SITUÉ A NADIE POR ENCIMA DE USTED.

Para operar con fortaleza, tendrá que abstenerse de colocar a los demás por encima de usted en cuanto a mérito y valía. No conceda a nadie más valor del que se atribuye a sí mismo.

No se deje intimidar por las estratagemas de poder que usen los otros ni, particularmente, por el empleo de tratamientos. Tampoco eleve a los demás a posiciones de alta categoría mediante el envío inconsciente de señales inequívocas de que se está concediendo más valor al otro que el que se concede uno mismo. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando empieza usted una conversación pidiendo excusas por “robar” el tiempo a los demás ... informando así silenciosamente de que su tiempo debe de ser más valioso que el propio. Pregúntese porqué el tiempo de otra persona tiene porqué ser más importante que el suyo. No debería serlo, a menos que esa otra persona sea más importante ... y, naturalmente, eso a usted le corresponde decidirlo.

Cuando se trate de situaciones en los que defiende sus derechos o hace reivindicaciones legítimas, plántese con una actitud de plena confianza en sí mismo, de persona resuelta, decidida a batirse eficazmente, no con malevolencia, y definitivamente dispuesta a no dejarse intimidar y a desterrar cualquier actitud débil o pusilánime.

Actuar desde una posición de fortaleza no implica tornarse desagradable con los demás. Manifestarse antipático, malhumorado, rebelde, etc. no es recomendable en absoluto, puesto que, casi siempre, no conseguirá más que se alejen de usted las personas que desearía que le ayudasen. Sin embargo, si alguna ocasión extrema lo exige, uno debe estar capacitado para mostrarse desagradable o enérgico. Uno no tiene que ser pasivo o débil mientras recorre el camino de su vida. Ser digno, eficaz, antes que víctima plañidera que siempre está pidiendo permiso o disculpas, y que cree que todo el mundo es más importante que ella.

ACTITUDES PARA ACTUAR DESDE UNA POSTURA DE FORTALEZA.

· Deje de pedir permiso para hablar o actuar. Elimine el ruego, en beneficio de la simple declaración. Por ejemplo, en vez de “¿Le importaría que le haga una pregunta?” emplee “Me gustaría saber si ....“. Recuerde que sólo los esclavos y los prisioneros tienen que pedir permiso.

· Mire directamente a los ojos de las personas con las que habla. Cuando usted baja la vista o la desvía lateralmente, indica que realmente no está seguro de sí mismo. Al mirar directamente a su interlocutor, incluso aunque usted esté nervioso, envía el mensaje de que no le asusta lo más mínimo tratar con la persona que tiene enfrente.

· Hable en tono firme y no con voz apagada, sumisa o débil.

· Si piensa con confianza, puede eliminar tics o sonrojos.

· Trabaje sobre su forma de expresarse, particularmente en la supresión de pausas e incesantes muletillas. Si es necesario, hable más lenta y premeditadamente.

· Si alguien le pide un préstamo o favor, ya se trate de dinero, objetos materiales, tiempo o talento, que usted no desea proporcionar, niéguese a hacerlo, sin tener que dar un montón de excusas rezumantes de inventiva o dar palos de ciego. Simplemente establezca de un modo rotundo y definitivo lo que va a hacer, dejando sentada desde un principio su postura con toda claridad (Vg. “no me gusta ser prestamista”). Si teme que sus amistades le aborrezcan sólo porque ha ejercido usted su derecho a no hacer algo que le consta va a producirle infelicidad, pregúntese: “¿Quiero realmente tener amigos que me rechazan por ser yo mismo?”. Aquí, lo “peor que puede ocurrirle” es que no le guste usted a alguien que quería aprovecharse de usted.

· Aprenda a utilizar con eficacia su enojo o agravio, antes que permitir que le sometan. Si la situación lo exige, levante la voz y actúe con energía, pero asegúrese que lo hace para causar efecto, sin transtornarse ni enfurecerse, pues por esa vía pierde usted el control de la situación y disminuye sus posibilidades de actuar inteligentemente.

· No tema nunca a pasar por encima de alguien para conseguir que lo atiendan. Una vez se dé cuenta que en un enfrentamiento con alguien que es responsable antes superiores, las cosas se ponen feas para usted y acabará perdiendo, deje en seguida bien claro que no vacilará en acudir a la instancia superior, y luego, si es necesario, llegue hasta el final, a toda costa.

· Esfuércese en ser desapasionado cuando trate usted con manipuladores o avasalladores. Nunca les dé a entender que está usted angustiado, temeroso o intimidado. Adopte la resolución de ser eficaz y láncese a la palestra con planes trazados previamente; esfuércese siempre en la tarea de suprimir signos externos de miedo o intimidación, y de enviar señales de determinación. Ejercítese en no dejar que sus emociones las controlen los demás, con lo que empezará a adquirir el dominio de sí mismo, lo que le llevará a una mayor satisfacción personal ... y, sí, a muchas más victorias.

· Adquiera la costumbre de revisar toda factura que reciba, y muéstrese firme a la hora de pedir explicaciones en los cargos en factura que considere injustificados.

· Como norma, por principio, niéguese a pagar cuando la calidad sea deficiente o el servicio malo. Si al presentar la reclamación le atiende un camarero o una cajera incrédulos, trate el asunto con alguien que no sea subalterno y ya verá como elude así la condición de víctima.

SINCERIDAD.

§ “Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones“. Séneca.

§ “Debemos actuar con rectitud y hacer todo lo posible por decir la verdad y hablar con franqueza”. Emerson.
§ “La palabra no está hecha para cubrir la verdad sino para decirla”. José Martì.

Haga el esfuerzo de no ocultar las cosas. Comunique los hechos como usted los percibe. Tome conciencia cada vez que esté ocultando la verdad. Deje de decir mentiras inocentes y de dar una imagen falsa de sí mismo reteniendo información. Aclare todo.

Sea más honesto con sus sentimientos y pensamientos. Desde luego, habrá momentos en que conviene ser reservados. Pero adoptar como principio básico el ser honesto, generará más confianza en quienes lo rodean porque le permitirá compartir abiertamente, sin barreras ni fingimiento.

No se trata tampoco de llegar al extremo de la honestidad imprudente o insensible. Está bien expresar con honestidad un sentimiento de incertidumbre o inquietud. Pero es mejor guardar silencio sobre los sentimientos hirientes, o transformarlos de un modo constructivo.

Sin embargo, entre la verdad y la armonía, elija la verdad. Hay un patrón típico de relación con los demás, en el que se parte de la idea de que las buenas relaciones se basan en hacer sentir cómodos y satisfechos a los otros, para lo cual hay que evitar a toda costa los roces o desacuerdos. Esto bloquea el crecimiento porque genera un ambiente falso. El conflicto constructivo es una experiencia rica y compleja que estimula el pensamiento creativo, influye en nuestros intereses y os desafía a crecer.

Buscar la verdad – o un mecanismo confiable para encarar y resolver las situaciones difíciles – casi siempre es más importante que preservar la armonía. Cuando busque la verdad y se sienta listo para expresarse, no confronte, transmita. Casi nunca conviene evitar pero tampoco es necesario confrontar. Lo más importante es ser uno mismo y que nos escuchen. Hay ocasiones en que debemos arriesgarnos a enojar a alguien con nuestra opinión. Debemos elegir cuidadosamente esos momentos, porque tenemos que equilibrar las habilidades

MENTIR NO SIEMPRE ES INMORAL

Es posible que haya adoptado usted una postura rígida en cuanto a la mentira, prohibiéndose terminantemente participar en tan “nefasta práctica”. Si esta es su posición, examine a fondo estas cuestiones y pregúntese si no estará siendo víctima de su propia inflexibilidad: ¿Es razonable abstenerse de mentir cuando le consta que la verdad perjudicará a otros? ¿Son sus principios (sus normas) más importantes que las personas a las que debieran servir?. Examine cuidadosamente su postura respecto a la mentira y compruebe si no se está sojuzgando a sí mismo o si no abusan de usted, porque permite que otros le controlen el comportamiento a través del impulso irresistible que usted siente de decir la verdad, a pesar de que usted mismo u otra persona resulten perjudicadas. Si decir la verdad significa revelar información acerca de sí mismo que, según su criterio, debe mantenerse en secreto, entonces usted se está comportando de forma contraproducente. No es preciso nunca que se deje manipular por otros para revelar información privada, ni que permita que abusen de usted aprovechándose de su ciega devoción a la verdad.

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