miércoles, 8 de agosto de 2007

29. COMUNICACIÓN AUTENTICA. ESCUCHAR. INTENTAR PRIMERO COMPRENDER, Y DESPUÉS SER COMPRENDIDO. HABILIDAD EN LA COMUNICACIÓN

COMUNICACIÓN AUTENTICA. ESCUCHAR. INTENTAR PRIMERO COMPRENDER, Y DESPUÉS SER COMPRENDIDO. HABILIDAD EN LA COMUNICACIÓN

COMUNICACIÓN AUTÉNTICA.

§ “Las relaciones amorosas descansan sobre una comunicación abierta, honesta y hermosa”. Leo Buscaglia.

La comunicación es un requisito previo para resolver los problemas y una de las habilidades fundamentales de la vida. Puede ser definida como comprensión recíproca. El primer desafío de la comunicación es aprender a decir lo que queremos significar; el segundo es aprender a escuchar para comprender lo que los demás quieren significar. Para ello es necesaria una gran confianza. Cuando el nivel de confianza es alto, la comunicación es sencilla, no presenta dificultad, es instantánea y precisa. Cuando es bajo, es extremadamente difícil, agotadora e ineficaz.

Comunícate con autenticidad. Sé sincero, directo y no manipulador. Concéntrate en entender los intereses y preocupaciones de la persona con quien hablas, y en prestar plena atención a sus necesidades. Escucha con todos tus sentidos.

Antes de hablarle a un ser querido, a un amigo, a un compañero, detente un momento; dispón tu mente y tu corazón para preparar lo que vas a decir. Opta por la calma y el buen humor.

ESCUCHAR. PROCURA PRIMERO COMPRENDER...

Para muchos de nosotros, la comunicación es ante todo buscar ser entendido, transmitir nuestras ideas y opiniones a los demás en forma efectiva. Cuando escuchamos, por lo general lo hacemos con la intención de responder. Incluso, cuando estamos convencidos de que tenemos la razón, caemos en la arrogancia de no desear escuchar la opinión de los demás. Pero la humildad de los principios anula esta arrogancia. Nos preocupamos menos por saber quién tiene la razón y nos interesa más saber qué es lo correcto.

Una auténtica comunicación parte de valorar a las personas, y darse cuenta que su imaginación es una rica fuente de ideas. De apreciar el hecho de que a lo largo de su vida las otras personas han obtenido información y experiencias que nosotros no poseemos. Entonces, cuando ellos ven las cosas de otra forma, nosotros intentamos, en primer lugar, entender. Antes de hablar, escuchamos. Dejamos de lado nuestra autobiografía e invertimos en la comprensión genuina del punto de vista de los otros.

Ambas perspectivas tienen su valor, pero el único modo de comprender la perspectiva del otro consiste en situarse donde él esté para ver como él. Al entender en verdad el otro punto de vista, a menudo descubrimos que el nuestro cambió debido a una mayor comprensión.

Y cuando ambas partes comprenden las dos perspectivas, en lugar de permanecer en lados opuestos, mirándose el uno al otro, nos encontramos en el mismo lado, dedicados a buscar soluciones juntos. Y la solución a la que lleguemos es genuinamente mejor que las soluciones u opciones individuales.

Por ello, procura en primer lugar comprender, y después ser comprendido. Este es el principio más importante en el campo de las relaciones interpersonales, y la clave de la comunicación eficaz. Para relacionarte eficazmente con los demás debes escucharlos y desear comprenderlos.

La capacidad para escuchar primero requiere mesura, respeto y reverencia. Y la habilidad para lograr ser comprendido requiere valentía y consideración.

Procurar primero comprender supone un cambio de paradigma profundo. Lo típico es que procuremos primero ser comprendidos. La mayor parte de las personas no escucha con intención de comprender, sino para contestar. Están hablando o preparándose para hablar. No escuchamos a los otros; así, nuestras conversaciones se convierten en unos monólogos colectivos, y nunca comprendemos realmente lo que está sucediendo dentro de otro ser humano.

Para relacionarnos eficazmente con los demás debemos escucharlos y desear comprenderlos.

La forma más alta de escuchar es la escucha empática, que significa escuchar con intención de comprender realmente. La escucha empática entra en el marco de referencia de la otra persona; ve las cosas a través de ese marco, ve el mundo como lo ve esa persona, comprende su paradigma, comprende lo que piensa y siente. La esencia de la escucha empática consiste en que comprendemos profunda y completamente a la otra persona, tanto emocional como intelectualmente. Tocar el alma de otro ser humano es caminar por tierra sagrada.

En la escucha empática, uno escucha con los oídos, los ojos y el corazón. Se escuchan los sentimientos, los significados, la conducta. Se utilizan las sensaciones, la intuición, los sentimientos. Nos concentramos en la recepción de los mensajes profundos de otra alma humana.

Cuando uno escucha con empatía a otra persona, está contribuyendo a satisfacer una de sus necesidades sicológicas fundamentales: ser comprendido, afirmado, valorado, apreciado. Y después de dejar satisfecha esa necesidad, puede centrarse en influir o en resolver problemas.

Escucha con intención de comprender realmente lo que la otra persona siente y piensa. Antes de hablar, escucha con intención de entender, no de responder. Concéntrate en entender las perspectivas y los intereses del otro y no en defender tus propias posiciones. Escucha con atención, escucha de verdad, y esfuérzate en entender el punto de vista de los demás, pues ello demuestra respeto, crea confianza y genera el ámbito para ser comprendido.

... Y DESPUÉS, PROCURE SER COMPRENDIDO.

Transmite tu punto de vista con claridad y serenidad. Cuando uno puede exponer sus ideas con claridad, concretamente y en el contexto de una comprensión profunda de los paradigmas y las preocupaciones de los otros, consigue significativamente aumentar la credibilidad de las propuestas que presenta.

HABILIDAD EN LA COMUNICACION.

La habilidad de la comunicación se puede visualizar en dos niveles, de la misma forma como lo haríamos con un iceberg. La porción pequeña, visible, del iceberg, equivale al nivel de la habilidad de la comunicación. La gran masa del iceberg, silenciosa y oculta bajo el agua, representa el nivel más profundo, el nivel de la actitud o motivacional, al cual podríamos denominar nuestra base de seguridad. Para lograr cualquier mejora significativa y de largo plazo en nuestra capacidad de comunicación, es necesario que trabajemos en ambos niveles, el de la habilidad y el de la seguridad.

La comunicación eficaz requiere habilidades, y el desarrollo de éstas exige aprendizaje de las diferentes técnicas de empatía, y práctica de las mismas, para progresar lentamente a través de los diferentes niveles de pericia.

Para escuchar profunda y genuinamente a otro cuando se trata de temas decisivos se requiere una enorme cantidad de seguridad personal interior. Hacerlo deja al descubierto nuestros puntos vulnerables. Podemos ser transformados. Y si en lo profundo nos sentimos bastante inseguros, no podemos afrontar ese riesgo.

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